Más vale abrir los ojos tarde que nunca
A veces se necesita un motivo para cambiar
el chip y seguir adelante. Y cuando llega el culmen es una liberación
de la mente y del corazón.
Carlota esperaba que Marco cambiase de
actitud. Llevaban dos años con problemas y él no salía del pozo sin fondo en el
que se encontraba. Ella luchaba por los dos, le animaba a que encontrara
trabajo y le pagaba su parte del piso. "Te lo pago
temporalmente" - decía Carlota. "Encontraré algo pronto" -
respondía él. Pero pasaban los días y Marco ni se levantaba del sofá para
mandar un currículum por email.
Cuando luchas por dos acabas olvidándote de
ti misma y la ilusión y la pasión se quedan en el cajón de los calcetines.
Carlota sentía cariño por su novio, pero el amor ya se le había evaporado.
Hasta aquel día. Fue a una cena de Navidad con sus compañeros de trabajo. Iba a
ser un día más de cena y fiesta, no esperaba nada especial. Pero como la vida
te da sorpresas, a su lado se sentó Juan, un chico que trabajaba en la empresa,
pero estaba destinado en otra ciudad desde hacía meses.
La atracción se sintió desde el primer
instante, la complicidad, las bromas se convirtieron en risas...
Carlota hacía 6 años que no sentía nada parecido, así que se dejó llevar.
La noche se convirtió en día y un beso lo cambió todo.
Los siguientes días no dejaba de soñar con
lo que había pasado aquella noche. Pero cuando abría los ojos al despertarse se
encontraba con Marco a su lado. Eso no era lo que ella quería en su vida.
Entonces empezó a mandarse mensajes con Juan, que vivía a más de 500 km de
donde lo hacía ella.
Juan por su parte tenía una novia, llevaban
tiempo con problemas y no era feliz a su lado. Mandaba mensajes a Carlota
diciéndole que empezaba a sentir algo por ella. A veces el destino elige a su
antojo y no puedes decidir de quién te enamoras, sólo sucede y tienes dos
opciones: resignarte y quedarte como estás o cambiar el chip y dejarte
llevar.
Carlota y Juan quedaron un par de veces, él
se desplazaba donde ella vivía y disfrutaban de una tarde placentera. Nunca
sucedió nada entre ellos aparte de besos, pero la química existía y la pasión
quedaba bajo un candado cerrado.
Una amiga de Carlota le recomendó que no
siguiera con dos historias al mismo tiempo si ella tenía claro lo que quería
realmente en su vida. Habló con Marco y finalizó esa historia que llevaba dos
años en "pause". Él se lo tomó mal, hizo sus maletas y cambió
de ciudad. A veces cuando te dan un revés te abren los ojos en cierta manera y
él encontró trabajo al poco de romper con Carlota. Se dio cuenta de que tenía
que buscarse la vida y lo hizo la mar de bien. Dice el dicho que "No
hay mal que por bien no venga". Él rehizo su vida y ahora es feliz.
Por su parte Carlota pensaba que al
estar sola y sin pareja todo sería más fácil, pero no. Pasaban las semanas y
Juan le decía que lo tenía todo claro, pero no terminaba con su novia. Y ella
esperaba en silencio, con el corazón en un puño.
Pasaron los meses y llegó el día en que
todo acabó, pero la ex novia de Juan no le quería dejar escapar tan fácilmente.
Se presentaba en su casa por sorpresa y le mandaba mensajes diciéndole que
no podía estar sin él. Carlota vivía esta situación en la distancia. Mucho
sentía por él porque cualquier mujer no aguantamos ni la mitad.
Carlota confiaba en que la otra chica se
cansaría de perseguir a Juan sin respuesta. Decidió confiar en él, en apostar
por una relación que poco a poco se iba consolidando. Y triunfó. Yo se lo digo
muchas veces, le admiro por la entereza que tuvo porque yo no hubiera podido
soportar esa situación de incertidumbre.
Ahora mismo todos son felices. Carlota y
Juan siguen juntos, aunque aún a distancia, pero por poco tiempo auguro. La ex
novia de Juan se va a casar este año con un chico que conoció y el ex novio de
Carlota vive feliz su vida.
Es increíble
cómo la vida cambia las situaciones de las personas, sus intereses y sus
ilusiones. Puedes conformarte con lo que tienes o luchar por ser feliz con la
persona adecuada. Yo pienso que siempre va a haber una persona que te va a
querer por como eres. Sólo hay que dejarse llevar, hacerse visible y tener los
ojos bien abiertos para cuando te la encuentres.
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