Cómo cambia todo de un día a otro
Ay amiguitos de Fuera Personas Tóxicas, cómo os he echado de menos. Llevaba casi un año sin escribir en el blog y hoy me he dicho, ahora sí que sí. He aprovechado este tiempo a vivir intensamente todo lo que me ha ido pasando e intentando dejar un poco de lado las redes sociales y otras distracciones que no me apetecían. Y la verdad es que me ha servido para desconectar y recuperar una esencia que no tenía desde hace mucho tiempo. En estos meses he aprendido a ilusionarme, a enamorarme, a disfrutar de la vida de forma relajada, que es como me he dado cuenta que quiero vivir a partir de ahora. Hasta hace aproximadamente tres años reconozco que era una agonías, un mar de nervios continuos preocupada por el futuro, por proyectos que había fijado como prioritarios que nunca acababan de cumplirse. Tuvo que un día llegar la vida y de la noche a la mañana (literal) darme una leche en toda la cara para abrir los ojos. Siempre he sido una persona risueña, muy feliciana y vale lo recono