Mi reflexión en época de coronavirus

Este virus nos está desgraciadamente afectando a todos en mayor o menor medida. Y es que desde marzo de 2020 está siendo una época muy extraña. Ya no sólo se nos hace hasta “medio” normal ir con mascarillas por la calle, si no que si nos encontramos a alguien por la calle que no la lleva le miramos en plan “Pero, ¿y tú de qué vas?”. Es una falta de respeto que hace un año ni lo hubiésemos imaginado en este país. Si nos lo hubiesen llegado a predecir, no lo hubiésemos creído.

Poner la televisión en esos días era horrible. Cifras de fallecidos, cifras de contagios, confinamiento obligatorio en casa, multas si te saltabas las restricciones… Intenté entretenerme lo mejor posible, tuve la compañía aparte de mi gata, de mis libros, de mis series y películas favoritas. Y de vez en cuando llamaba a mis amigos para seguir manteniendo un contacto social aparte de con mi familia y mi pareja. 

Intenté animar a las amistades que peor lo estaban pasando. Algunos de ellos ya tenían depresión antes del confinamiento y su actitud fue empeorando a lo largo de los días. Y la de muchos otros españoles que veían cómo poco a poco se quedaban sin trabajo, sin poder darle de comer nada a su familia, sin poder pagar el alquiler o la hipoteca… todo iba de mal en peor. 

Tardé unos días en desconectarme totalmente de esos informativos tan catastróficos que minaban hasta a la persona más optimista. Recuerdo noticias de ancianos encontrados muertos en sus casas, la llegada de cadáveres al Palacio de Hielo de Madrid, los políticos peleándose a todas horas y no buscando soluciones conjuntamente, el número de fallecidos que sobrepasaba las 900 personas al día en España… Apagué la televisión y dejé de leer la prensa digital. No salí de casa en dos meses y pico, sólo a bajar la basura una vez a la semana y corriendo, sin entretenerme.

Y fuera de España también se publicaban titulares tan desafortunados como uno que leí:  “Hay cadáveres por todas partes”: el impactante testimonio de un trabajador médico en Rusia desde una morgue colapsada por el coronavirus. Llegaron hasta a publicar fotos de cadáveres metidos en bolsas de basura. Y yo me pregunto, ¿es todo eso necesario? ¿alguien se ha dado cuenta de lo que puede suponer ver esas imágenes a familiares de esos fallecidos o de muchas personas que lo estaban pasando mal? 

El Covid-19 no sólo genera muertes, si no también depresión, estrés, incertidumbre, miedos, ansiedad, duelos sin superar… Las patologías psicológicas acaban en algunos casos en suicidio. Y el suicidio ha sido un tema tabú en el periodismo hasta hace sólo unos años. 

El sociólogo David Philips investigó la oleada de suicidios, unos cuarenta jóvenes que se quitaron la vida, tras la publicación en 1774 de la novela de Wolfgand von Goethe “Las desventuras del joven Werther”. Philips se dio cuenta de que esos suicidios eran similares a los del protagonista, que acababa quitándose la vida al final del libro por amor. Ese macabro fenómeno propició la prohibición del libro en Dinamarca o Italia.

En esos estudios, el sociólogo creó el “Efecto Werther”, para definir el efecto imitativo de la conducta suicida. Ese efecto también se dio tras la oleada de suicidios que se produjeron tras las muertes de Marilyn Monroe o Kurt Cobain. 

De esta manera, ¿los medios de comunicación deberíamos de hablar de los suicidios en tiempo de Covid? ¿deberíamos de contar como víctimas de coronavirus a las personas que se están quitando la vida? ¿es un tema tabú hablar del suicidio? No debería de serlo, ni pensar que va a haber un Efecto Werther de nuevo. Es un tema muy necesario que deberíamos de tratar con el máximo respeto, dando apoyo a quienes están pasando un mal momento y crear un llamamiento para que las autoridades den soluciones para paliar este gran problema de la salud pública.

La Organización Mundial de la Salud elaboró en 2014 un informe sobre la prevención del suicidio, determina varios puntos importantes a tener en cuenta: El suicido es prevenible y trabajar hacia el logro de un objetivo mundial. Esto quiere decir, que desde los medios de comunicación deberíamos de dar una información responsable, no dar informaciones sensacionalistas, no describir los métodos utilizados por las personas que se suicidan. 

Los comunicadores debemos poner nuestro granito de arena para informar de posibles soluciones, programas que estén destinados a prevenir el suicidio, en definitiva, aumentar la sensibilización en este tema e intentar normalizarlo. Porque no nos confundamos, oír en los medios hablar de suicidios no induce a personas a querer suicidarse. Nosotros podemos informar que hay salidas porque hay muchas personas que están sufriendo y no la ven. Si nosotros miramos hacia otro lado lo único que conseguiremos será estigmatizar este problema, que cada vez está creciendo más con la pandemia. 

Y un error que he visto en muchos artículos es tratar el tema del suicidio con cifras, pero no con soluciones “El número de suicidios desde el principio de la pandemia ha aumentado considerablemente…”, pero ni una referencia a posibles programas de ayuda. Ni una. Craso error. Lo que nos distingue a nosotros, que vivimos en el siglo XXI de quienes vivían en el siglo XVIII cuando se produjo la oleada de suicidios tras el libro de Goethe es que tenemos la posibilidad de llegar más fácilmente a la ciudadanía y también más información sobre prevención y recursos.

Y ya para finalizar, comentar que tanto los ciudadanos de a pie como los comunicadores deberíamos de ser críticos con los medios que están desarrollando una labor no muy ética en esta pandemia. No todo vale por el share, no todo vale para vender más periódicos. No todo vale. Valemos las personas y el echarnos una mano los unos a los otros. Así podremos desarrollar una sociedad más justa, solidaria y mejor después de que superemos este virus tan letal.





Comentarios

  1. Me parece un artículo interesante. Me gusta.

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  2. Es interesante el artículo, pero la sociedad tiene que cambiar y nuestros representantes políticos, son quienes primero deberían ser más generosos y dar una imagen de unión en estos malos tiempos que es-tamos pasando, dando ejem-olo a los Españoles que nos representan.

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    1. Muchas gracias por tu comentario. La unión hace la fuerza y entre todos podremos con esto :)

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  3. Lo que más dudo o menos me parece correcto (desde mi punto de vista, puedo estar equivocado): "oír en los medios hablar de suicidios no induce a personas a querer suicidarse"

    Lo que más !e ha gustado: La idea de enfocarlo en positivo y hablar siempre de lamposible solución.

    Lo que está claro es que está pandemia también deja tras de sí un número de daños en el plan mental y psicológico que costará su tiempo recuperar. Todos tenemos que colaborar para intentar, dando apoyo, poder recuperar lo antes posible. Me pregunto si en el tan cacareado Plan de Recuperación y Resiliencia habrá algo para eso.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, estoy contigo, entre todos tenemos que colaborar si queremos que este problema acabe cuanto antes :)

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  4. La autora trata temas de actualidad con una asombrosa sensibilidad, pero a la vez es clara y contundente

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