El karma funciona tarde o temprano

María era la novia perfecta. Cuando su chico Sergio quería ir al cine, iban al cine. Cuando él quería salir con sus amigos salía. Cuando él quería viajar, iban donde él decía.  Un día Sergio le dejó: "Eres demasiado buena para mí, te mereces a alguien mejor que yo". 

María conoció a Lucas. Era un chico muy independiente, que quedaba con ella cuando tenía tiempo -casi nunca-, pero ella se amoldaba a sus horarios. Había veces que habían quedado y él le daba largas a última hora porque le había salido un trabajo o tenía el cumpleaños de un amigo. Tras 3 meses juntos, Lucas dijo a María: "Es mejor que no quedemos más, no tengo tiempo para estar con nadie".

Al tiempo María conoció a Pablo. Él le decía que era especial, que quería estar con ella ante todas las cosas. Pablo hablaba todo el rato de sus ex, de los planes que solían hacer, de las costumbres que tenían y María le escuchaba sin rechistar. Una tarde tras salir del cine, Pablo le dijo: "Creo que debo estar solo, espero que encuentres el amor en otra persona".

Pasaron los meses y María empezó a salir con Jorge. Era apuesto, caballeroso. Ella empezó a colmarle de regalos, un viaje a Asturias, un spa para dos, mensajes de buenas noches y de buenos días. Pero Jorge una noche estando sentados en el sofá le dijo: "Eres demasiado atenta conmigo y yo demasiado poco contigo. Sé que alguien te cuidará como te mereces".

María a partir de entonces enlazó una relación tras otra y las frases de ruptura eran casi siempre las mismas, sacadas de un libro de "Cómo romper con una persona que te cuida y te quiere": 
"Eres muy buena, demasiado" "Te mereces algo mejor" "Encontrarás a alguien que te haga feliz" "Te portas muy bien conmigo pero estamos en momentos diferentes"... 

Un día María se despertó sobresaltada. Se notaba rara, como si le faltara algo. Fue corriendo al espejo a mirarse y todo parecía estar en su sitio. Pero se dio cuenta que de algo sí había cambiado. Le faltaba el corazón. Se asustó y se puso a llorar desconsolada. De repente su cara cambió y una expresión seria apareció en su rostro. No era la misma de antes, se notaba fuerte y decidida. Ya no sentía nada, estaba vacía por dentro.

Llamó a Sergio para quedar. Esa noche se acostaron en la casa de él y justo al acabar, ella se empezó a vestir. Él se quedó sorprendido, le invitó a que durmieran esa noche juntos. Pero ella le contestó: "Muchas gracias Sergio, pero eres demasiado bueno para mí, te mereces a alguien mejor que yo". Dichas estas palabras se marchó mientras daba un portazo en la puerta principal de la casa.

Quedó con Lucas a las pocas semanas. Según él había hecho un esfuerzo abismal por sacar tiempo de su apretada agenda y poder quedar con ella. Se acostaron en casa de María y al terminar ella le dijo: "Lucas, es mejor que vayas a tu casa, mañana tengo que madrugar y quiero dormir sola. Por cierto, es mejor que no quedemos más porque no me apetece estar contigo". Él le miró confundido, sin entender que esas palabras estaban saliendo de boca de María.

María quedó a cenar una noche con Pablo. Él le contó sus proyectos y lo que tenía pensado hacer aquellas navidades. María no paraba de tomar vino para pasar el trance de la chapa que le estaba soltando. Al salir, fueron al coche de él y se acostaron. Al ponerse la ropa interior, María le soltó a Pablo "Te aseguro que es mejor estar sola que con una persona que no para de rajar de su pasado. Que te vaya muy bien y encuentres a alguien que te aguante". Y se bajó del coche ante la sorprendida cara de él.

Con Jorge empezó de nuevo a salir. Ella estaba fría y él sorprendentemente se enganchó a la forma que tenía de tratarle. Pero al cabo de las semanas María rompió la relación. Le costó mucho a Jorge reponerse de aquel palo y entonces entendió el daño que él le había hecho a ella antes. Pensó "Nunca debí romper con María aquella vez porque realmente merecía la pena y se portaba bien conmigo. Ojalá pudiera volver atrás".


Conclusión: Los palos que te va dando la vida te van achicando el corazón, a veces hasta el punto de que no sabes si lo sigues teniendo en su sitio. Que el dolor no te haga ser peor persona ni pagar los platos rotos con nadie. Piensa que el karma funciona y tarde o temprano lo que das lo recibes, lo bueno y lo malo. No vayas haciendo daño gratuitamente si no quieres que te lo hagan también a ti. Y una duda, ¿hay que ser mala persona en la vida para que te vaya bien? Porque si es así, es muy muy muy triste. 


Cicatrices del corazón

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