Somos más fuertes de lo que pensamos


La vida es muy perra, mucho. Vives más momentos negativos que positivos a lo largo de tu existencia. Cuando cumples los 30 te das cuenta de que varios amig@s van desvaneciéndose poco a poco  de tu lado, ya sea porque se han echado pareja,  empiezan a tener hijos, ya no comparten mismos gustos contigo o por mil razones más.  También pierdes a tus familiares, pasando por un dolor insoportable que te arranca el alma y el corazón de una tacada. 

También recuerdas los momentos en los que tu única preocupación era sacar buenas notas para no tener que empollar en verano. Añoras esos sábados cuando tus padres te daban 500 pesetas de paga. Yo por lo menos me veía millonaria con mis 500 pelas, con posibilidad de hacer mil cosas. Qué felicidad. Veías a los mayores preocupados muchas veces por temas varios y te dices a ti misma ¿por qué están tristes? Si es todo guay. No, no es tan guay cuando eres ese adulto y ves realmente qué coño es la vida. 

¿Pero sabes qué? Un día la vida te pone en su sitio. Y te enseña a valorar tu día a día de otra manera. Te ofrece la posibilidad de disfrutar de una tarde tirada en el sofá viendo una serie y eres feliz. Das un paseo por tu parque favorito y eres feliz. Pasas tiempo con una persona que te quiere tal y como eres y eres feliz. Abrazas a tus familiares y eres feliz. Vives hoy y eres feliz. No existe una felicidad completa, nadie lo es por muchas fotos que ponga en el Instagram o en el Facebook. Todos tenemos una lucha, todos tenemos problemas, todos tenemos una pena dentro. Pero la diferencia es cómo cada persona gestiona sus problemas. 

Tienes dos opciones, o tomarte los golpes de la vida con paciencia y tranquilidad o ponerte a llorar y decir que todo te pasa siempre a ti. Pobrecit@ de mí. Yo me he sentido así muchas veces, muchas y me he dado cuenta de que es normal tener días malos, es normal llorar, es normal tener un puto mal día. Yo esta semana por ejemplo he tenido dos muy muy muy malos. 

¿Pero sabes de qué me he dado cuenta también? Que soy una afortunada porque tengo gente que me quiere, tengo gente que me apoya, tengo gente que me aporta mucho, además tengo trabajo y una gata preciosa. No puedo pedir más. Bueno sí, como todos, pero aunque no todo va sobre ruedas, tengo mucha suerte.

Si estás pasando un mal momento tranquilízate. Si piensas que nunca superarás algo estáte tranquil@, es difícil, lo sé por experiencia. Pide ayuda, apóyate en quienes te quieren porque van a dar lo que sea por verte bien. Piensa que todo pasa, todo tiene solución o si no la tiene ya buscarás la manera de poderlo llevar lo mejor posible. Y si no la encuentras por ti sol@ pide ayuda. Mucho ánimo, mucho, mucho, mucho ánimo. 

Somos más fuertes de lo que pensamos, muchísimo. Seguro que alguna vez te has sorprendido a ti mism@ llevando una mala situación y nunca pensaste que te ibas a comportar así, ¿o no? Porque podemos con todo, con todo, todo, todo. Te mando un abrazo si lo necesitas, aunque sea virtualmente y te mando la mejor energía del mundo. Y quiérete, quiérete mucho.



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