Más vale abrir los ojos tarde que nunca
A veces se necesita un motivo para cambiar el chip y seguir adelante. Y cuando llega el culmen es una liberación de la mente y del corazón. Carlota esperaba que Marco cambiase de actitud. Llevaban dos años con problemas y él no salía del pozo sin fondo en el que se encontraba. Ella luchaba por los dos, le animaba a que encontrara trabajo y le pagaba su parte del piso. "Te lo pago temporalmente" - decía Carlota. "Encontraré algo pronto" - respondía él. Pero pasaban los días y Marco ni se levantaba del sofá para mandar un currículum por email. Cuando luchas por dos acabas olvidándote de ti misma y la ilusión y la pasión se quedan en el cajón de los calcetines. Carlota sentía cariño por su novio, pero el amor ya se le había evaporado. Hasta aquel día. Fue a una cena de Navidad con sus compañeros de trabajo. Iba a ser un día más de cena y fiesta, no esperaba nada especial. Pero como la vida te da sorpresas, a su lado se sentó Juan, un chico que trabajaba en