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Malos comienzos son a veces los mejores finales

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Martín conoció a Marina en el trabajo. Coincidían en la impresora, en la cola de la cocina para calentar el tupperware, esperando el ascensor... Trabajaban en diferentes departamentos, Martín en el Comercial y Marina en Relaciones Laborales de un conocido banco nacional. Tras muchos días dudando y recapacitando en casa cómo entablar un primer contacto que no fuera el visual, Martín se atrevió a hablarle en una tarde de viernes saliendo de la oficina. Marina al principio se sorprendió de que un desconocido, de su mismo trabajo, pero igualmente desconocido, le hablara así por así. “Pues parece que el fin de semana no va a llover”  – comentó Martín, con un tono como si fuera el hombre del tiempo del telediario” – él pensó para sí  “qué original que soy, normal que casi nunca me coma un rosco”. “La verdad es que me da igual si llueve o no porque me voy a quedar en casa igualmente. Buenas tardes”  – respondió tajantemente Marina mientras salía por la puerta pri

Cuidado con lo que deseas princesa

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Había una vez una princesa que vivía en el castillo de Victory. Se llamaba Emily. Sus padres Tom y Karen siempre le habían dado todo lo que quería, cuando ella tenía un capricho, ellos lo hacían realidad al instante. Nunca había conseguido nada por sí misma porque estaba acostumbrada a que lo lograba todo con tan sólo pedirlo. Si competía en tiro con arco contra plebeyas del Reino, ella siempre ganaba el primer puesto. Si alguien hacía una gracia que llamara la atención, Emily siempre intentaba llamar la atención con anécdotas y chistes, que aunque no tuvieran gracia, los demás siempre se las reían. Vivía en un paraíso terrenal. No tenía que esforzarse absolutamente en nada y su vida era perfecta. Una tarde apareció en el castillo un hada madrina. Se le apareció a la princesa cuando se encontraba en sus aposentos. - Te concederé 3 deseos, lo que me pidas bella Emily - le dijo el hada. - No sé qué pedir puesto que de todo poseo. - Tras unos breves segundos - Deseo ser la p

fuerapersonastoxicas.com

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¡¡ Ya está lista para que empecéis a disfrutar de fuerapersonastoxicas.com !! Espero que os guste, le he puesto mucha ilusión y confío en que os sirva de ayuda

La furia de Ana

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Ana y Juanjo se conocieron en una fiesta. Fue un flechazo porque nada más verse sentían una química de las que te hacen sentir que esa persona no va pasar desapercibida en tu vida. Días más tarde, después de escribirse numerosos mensajes, Juanjo dio el paso de invitarle a cenar. Fue una noche de risas, mucha complicidad, que acabó en besos y en la casa de él. Juanjo en ese momento tenia 30 años, nunca se había enamorado, no sabía lo que era querer realmente a alguien. Cuando estaba con Ana sentía que podía ser él mismo, que sus bromas le hacían reír y empezó a sentirse querido. Ana le contaba sus historias pasadas, lo había pasado muy mal con los chicos con los que había estado y además tenía un trauma desde siempre, nunca se había sentido querida por su padre. Ana trabajaba de psicóloga y daba terapia a personas que necesitaban desahogarse, liberar sus pensamientos. Por su parte, ella también acudía en sus ratos libres a otra especialista, que le ayudaba a superar sus pro

Y entonces...llegaste tú

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Samy no había tenido suerte en el amor. Tras 5 años en pareja y 4 de convivencia, todo se desvaneció una noche en la que Tom se fue con sus maletas de la casa familiar. Cuando cerró la puerta, su corazón se rompió en pedazos. Se iban con él muchas ilusiones, proyectos planeados... Y dos intentos de ser padres, que no llegaron a buen puerto. Pasaron los meses y tras muchas noches de soledad, decidió registrarse en una página de citas. Los chicos que iba conociendo eran cada cual peor que el anterior, lo "mejor" de cada casa: casados desesperados por buscar una aventura, frikis rarunos con gustos peculiares, rácanos de los que no te invitan ni a una caña...  Las esperanzas se disipaban, todo se tornaba en color negro. Sentía que no había nadie para ella, que le quisiera tal y como era. Quería a alguien con quien compartir momentos, hobbies y caricias. El día de su 35 cumpleaños decidió ser madre soltera. No se iba a quedar sin cumplir su sueño de ser madre si no encont

Maravillosos años 80

Hoy me he despertado echando de menos recibir una carta. Me acuerdo de la emoción que sentía cuando me escribía el chico que me gustaba. Mi primer amor de niña era un chico de mi pueblo y cuando mis padres me daban una carta suya, me daba un vuelco el corazón. Iba a mi habitación para estar a solas, la abría con cuidado para no dañar el sobre y la leía una y otra vez. "Eres lo más bonito que me ha pasado" "Siempre estaremos juntos" "Te quiero mucho" "Corre corre cartero que escribo a la chica que más quiero". Esa carta era lo mejor de mi día. Cuando me pasaba algo en el colegio, si había suspendido algún examen o tenía algún pique con alguna amiga, solía recurrir a las cartas para desconectar. Disfrutaba viendo la exaltación del amor, de la amistad... y es que he tenido la suerte de vivir una niñez muy inocente. Será que soy vasca y allí nos educaron de una forma tradicional :) Cumplí los 18 años en Madrid. Heredé el móvil "zapa

Hasta que la muerte nos separe

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Esta historia de amor se la quiero dedicar a Don y Maxine Simpson. Estuvieron juntos 62 años y fallecieron el mismo día mientras estaban dados de la mano. John trabajaba de ingeniero en Bakersfield. Pertenecía a una familia numerosa, él era el cuarto varón y el pequeño de 7 hermanos. Una tarde después de supervisar las obras de una carretera comarcal, fue a una bolera con sus amigos. Pidieron unas cervezas y se pusieron a jugar. En la pista de al lado había un grupo de 5 amigas, una de ellas era Sharon. Era rubia, con la cara fina, de estatura media y complexión delgada. John le había visto en otras ocasiones pero nunca se atrevía a decirle nada debido a su timidez. Las miradas que se intercambiaban dejaban entrever que ahí había algo, así que uno de los amigos de John decidió lanzarse en su ayuda. Invitó a las chicas a que se unieran a la partida. Sharon se acercó a John y empezaron a hablar, como si se conociesen de toda la vida. Los días siguientes empezaron a hacer plane