Un príncipe para Shandy y mucho caballero suelto...

Había una vez en un reino muy muy lejano una princesa llamada Shandy. Era romántica, enamoradiza y soñadora. Su madre siempre le decía que era especial, que tenía algo mágico dentro de ella. Un día su padre puso un anuncio en el Palacio "Busco príncipes que deseen desposar a mi hija Shandy". 

Varios candidatos iban apareciendo en el salón principal. Shandy estaba nerviosa, uno de aquellos caballeros iba a ser el hombre de su vida. El Rey anunció a los presentes "Los candidatos que mi hija elija pasarán un día con ella hasta que se decida por uno. Suerte al ganador, se lleva mi bien más preciado". 

El primer candidato que Shandy seleccionó se llamaba Simón. Pasaron el día en el campo: "Yo te colmaré de flores. Quiero que seas la madre de mis hijos. Quiero casarme contigo. Eres perfecta".  Ante estas palabras Shandy quedó embelesada y pensó que él era el ideal.

El segundo elegido era Josu, le llevó a la playa: "Quiero ver todos los atardeceres contigo y los amaneceres. Quiero pasar todos los días de mi vida a tu lado. Siempre juntos". La princesa se quedó de piedra. Qué palabras más hermosas, era justo lo que ella quería, alguien que quisiera pasar su vida con ella. "Él es el bueno, lo sé" - se dijo a sí misma.

El tercero era Álvaro, que le invitó a pasear por la montaña: "Si me eliges todo esto será tuyo. Lo que quieras te lo daré. Lo que me pidas haré. Soy tuyo, sólo tuyo". Shandy se quedó prendada, qué maravilloso día había pasado. Qué caballero, qué bien le había tratado.

Al siguiente día, Shandy pasó el día con Jon. Fueron a un embalse: "El destino ha querido que me eligieras. Cruzaré mares por ti, por nosotros ". Y la princesa se enamoró. Jon era el hombre de sus sueños, estaba claro.

El último candidato era Mario. Le llevó a un parque: "Te he traído aquí porque de pequeño venía con mis padres a pasar el día. Es un sitio importante para mí. Si en un futuro tengo hijos me gustaría pasar las tardes con él aquí y con mi futura esposa. Si me eliges, sólo te diré que trataré de hacerte feliz porque es lo que te mereces, pero primero deberíamos conocernos más para ver si somos compatibles. Bienes no te daré porque no tengo, pero te cuidaré lo mejor que sepa".  Shandy se quedó pensativa. Tenía que tomar una decisión. Era muy difícil. Los cinco eran estupendos y todos querían estar con ella. Pero sólo uno podía ocupar su corazón.

Pasaron unos días y Shandy dijo a sus padres que se había decidido. Primero habló con Simón: "Simón, agradezco el día que pasamos juntos. Eres muy detallista. Tanto, que mis amigas del reino me han dicho que les dijiste las mismas palabras para conquistarlas. No me quedo contigo".

Shandy se dirigió a Josu: "No me conoces de nada y quieres pasar todos los días conmigo. No me quedo contigo".

La princesa le dijo a Álvaro: "Tan tan mío, que ayer estuviste coqueteando con una de mis doncellas. No me quedo contigo. Y mi doncella dice que te olvides de ella".

Le quedaban dos candidatos. Shandy se quedó mirando a Jon y Mario. Uno de los dos era el chico con el que pasaría su vida. Nervios recorrían su cuerpo, sentía que no podía respirar. Cualquiera de los dos era bueno, los dos querían estar con ella y cuidarla.

La princesa cogió aire y se dirigió a Mario: "Me gustó el sitio al que me llevaste a pasar el día. Era especial para ti y quisiste compartirlo conmigo sin conocerme de nada. He salido con varios caballeros del reino y lo que he visto es que te prometen el sol y la luna desde el primer momento. Te juran su amor eterno, te prometen felicidad, fidelidad y una vida plena por siempre. Les he creído sus promesas y me han roto muchas veces el corazón. Me han hecho juramentos eternos que no han durado nada. Me han hecho mucho daño. Yo no quiero bienes materiales, quiero a alguien que me quiera como soy y me valore tal cual. Quiero conocerte y ver qué pasa. Y si no funciona, al menos no nos quedará la duda de haberlo intentado. No sé si seré tu princesa y tú mi príncipe, pero me quedo contigo".


Conclusión: Las palabras no valen tanto como los actos. Hay mucho caballero suelto que te colmará de halagos, de promesas y de juramentos eternos. Quédate con el que te demuestre que te quiere, el que luche por estar contigo, te valore y te cuide, ése es el que merece la pena. Ese sí que es un príncipe de verdad. La decisión está en ti. Elige bien y sé feliz.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Las palabras se las lleva el viento, los hechos ni un huracán

El karma funciona tarde o temprano

Somos más fuertes de lo que pensamos

El Amor volverá

Mi reflexión en época de coronavirus

WhattssAps de medianoche

Toca la trompeta

Nada príncipe, nada siempre

No te lo calles nunca

El Rey de las 6 Princesas